Hay días en los que una piensa "tenía que haberme quedado en cama". Parece que comienzan mal pero a cada minuto están peor. Esos días en los que nuestro mal humor se alimenta de la lluvia, son los mejores para llegar a casa, descalzarse, tumbarse el sofá y disfrutar de un poquito de chocolate. Seguro que empezamos a verlo todo mucho mejor.
¡Que tengáis un buen día!
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