Durante
los primeros meses de vida es frecuente que los pequeños presenten
alguna erupción en la piel de tipo benigno que es conveniente
reconocer, aquí os dejamos algunas de ellas:
El Acné
neonatorum:
Se
trata de lesiones propias del acné, provocado por la exposición a
hormonas de la madre.
Se
pueden observar protuberancias rojas, algunas veces con puntos
blancos en la cara. Por lo general, se resuelve espontáneamente.
Algunas formas extensas pueden relacionarse con acné en la edad
adulta.
Generalmente,
el lavado normal es todo lo que se necesita para tratar el acné en
los bebés con agua normal o un jabón suave para bebés y bañarlo
sólo cada 2 ó 3 días, así como evitar el uso de medicamentos para
el acné usados por los adolescentes y los adultos.
La Miliaria
o sudamina:
Consiste
en la aparición de una erupción en forma de granitos rojos debidos
al exceso de calor y que afecta a cara, cuello, pecho y espalda,
zonas donde hay mayor cantidad de glándulas sudoríparas.
Causada
por la obstrucción de los poros que llevan a las glándulas
sudoríparas y común en climas húmedos y cálidos.
El
bebé no suda y el sudor queda retenido en la piel, formando pequeñas
protuberancias rojas u ocasionalmente pequeñas ampollas.
El
tratamiento consiste en evitar la sudoración llevando al bebé con
ropa ligera y suave de algodón, bañarlo para refrescar la piel y
evitar la exposición al sol. También se recomienda mantenerse en
ambientes frescos .
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